El amanecer, los pajaritos cantan, hay una leve brisa refrescante que trae los aires de cambios.
Las manos enlazadas, como si los quisieran separar, la otra mano acaricia y sostiene el rostro de ella.
Ambas frentes están apoyadas una contra la otra, así como sus narices... el silencio los invade. No hay que decir muchas palabras cuando para explicarse solo es necesario sentir.
El sol se cuela por los huecos que forman sus rostros y les da a calor a sus cuerpos. Sienten frío externamente, pero no en el corazón. Allí es puro gozo.
Se miran, mantienen su mirada en la del otro, intentando ir mas allá de lo que cualquier otro puedo descubrir. Disfrutando de lo revelador y transparente de la mirada del otro.
Es inminente.
El beso fluye solo. Dulce, tierno, apasionado, lleno de sentimiento y de sinceridad.
Dos sonrisas finalizan el beso con ganas de querer mas.
Vuelven a mirarse con una incipiente felicidad a disfrutarse y un augurio de un tiempo mejor...y solo pueden decirse dos palabras
TE AMO
