Si siento tal vacío en mi pecho
¿cómo es que sigo aquí parada?
Esperando debajo de la lluvia a
encontrarme con tu mirada.
Debajo de una gran tormenta
permanezco inanimada,
Como si no me importara seguir
acá, esperanzada.
Tu amor me hunde en un mar
inmenso,
Lucho contra la marea pero sin
querer me voy rindiendo.
Pero el oleaje de tu amor es
demasiado intenso,
Y sigo perdida en el intento de
salir de este cuento.
¡Pero qué me importa que mi
corazón siga apenado!
Y mientras mi cuerpo sigue en un
lugar poco alumbrado,
Maquinaba pensando en que nadie
como yo te ha amado,
Pero ni eso te ha bastado ya que
no tengo nada asegurado.
Y sí, soy perseverante, aún espero
que mi amor pueda cambiarte,
Aunque mi mente crea que no debo
esperanzarme,
La locura puede más, la locura es
mi estandarte,
Mi corazón exclama que es un
intento vano, amor darte.
Se nota que pensando en ti, ya no
encuentro mi cabeza.
Es que no entiendo por qué no
estás aquí, es mi única certeza.
Es que aquellas verdades que
mantenía con firmeza,
Hoy son simples dudas que tomo con
ligereza.
¿De dónde saldrá el martillo que
corte esta cadena?
¿Y qué será de mi alma que no se
libra de esta condena?
Y este amor perdido que me
mantiene prisionera,
Enamorada sin retorno de un alma
que sólo produce penas.
Y ese día, dijiste: “Mientras
destruías nuestro destino, el mío armando estoy”.
Y yo, entre sollozos, respondí:
“Yo no puedo dar más de lo que doy”.
Pero es que contigo yo soy quién
soy y a mi misma no me encuentro hoy.
Y es que sin ti me perdí yo. De
este amor, yo esclava soy.